Abstracto
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El espíritu popular es un concepto abstracto que se refiere a características específicas de un lugar, pueblo o nación y que permite dar un perfil a la comunidad que se crea alrededor de un sitio y sigue costumbres similares por causas sociales, productivas o económicas y hasta culturales. Suele definirse como una idea original del nacionalismo romántico, que atribuye a cada colectividad, rasgos comunes e inmutables a lo largo de la historia.
Es así que un lugar como el distrito de Antón va a tener peculiaridades que le son propias y le diferencian de otros como sus vecinos de Penonomé —cabecera de la provincia de Coclé— y Aguadulce. En esta pequeña ciudad se rinde culto al Cristo negro de Esquipulas; su danza popular, el tamborito, difiere a la de Los Santos y sus tendencias culinarias cuentan con el “bocadillo” y el “manjar blanco” típicos; además, organiza un festival del Toro Guapo.
Decían los hermanos Friedrich y Wilhem von Shlegel, al estudiar el origen de las lenguas, que no eran vigentes normas artísticas y literarias universales. Dieron importancia a los géneros que con mayor claridad resaltaban elementos que reproducían el espíritu propio de cada núcleo social. Aquello que es común, unifica y aglutina a los individuos y forma la base de una villa, caserío o parroquia.
Esta noción es la que ha impulsado a Juan Bosco Bernal, nacido en esta población y rector de la Universidad de las Américas, a recoger narraciones, textos y la tradición oral para elaborar el libro “La partera del pueblo o reminiscencias de la patria chica”. Se ha presentado el sábado pasado en la Casa de la Cultura de Antón y aborda de manera muy coloquial, recuerdos, leyendas sobre esa comunidad que conserva fielmente su legado.
Este opúsculo, como lo ha denominado Pedro Rivera, quien escribe el prólogo de la publicación, presenta a Anastasia, partera del pueblo, como la mujer que refleja precisamente ese espíritu, porque con frecuencia expone a jóvenes, mujeres y otros interesados, plurales relatos, chismes y hechos que a veces con carácter nacional han cruzado por los límites antoneros. Algunos con profunda precisión histórica y otros salpicados de mitos.
Ella tiene una presencia protagónica en algunas de las fábulas que vierte a un sorprendido público que se sienta en torno a su figura. Del esfuerzo de sus manos han nacido muchos de los miembros de la pequeña circunscripción rural y que está situada en medio de una gran zona productiva. Eso le hizo familiarizarse con los latifundios, sus dueños, cercanos al poder y en múltiples ocasiones, factores determinantes de los destinos políticos del país.
“La partera, con sus largos dedos untados de manteca de bagre, comenzó un ritual de sobijar la barriga y a ubicar las partes del feto”. De esa manera acometió en un sinfín de veces las urgencias de hogares pobres para el alumbramiento. Normales y riesgosos nacimientos fueron atendidos en diversos puntos del distrito. Así estuvo en contacto con casos locales y escuchar anécdotas incluidas en su repertorio devuelto a los escuchas.
En este libro también cruzan historias como las luchas intestinas entre conservadores y liberales que dieron origen a la República; recuento s de figuras de escala presidencial con presencia en esas tierras y gestas nacionalistas del siglo XX hacia una verdadera independencia frente a las relaciones panameñas con los Estados Unidos de América.
Este texto ameno y esclarecedor rescata referentes escondidos en ese paso obligado rumbo al “interior” y que deben ser divulgados; pues existen intereses que aglutinan a grupos humanos en esa región y que le dan un perfil específico. Las historias de la notable partera se proyectan hacia el futuro en la medida que reconstruye un entramado socio-histórico que posibilita comprendernos mejor.